La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, participó de una conmemoración por los 80 años de la caída de las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki en el Centro Cultural La Moneda, que contó con la participación de la embajadora de Japón en Chile, Ito Takako.
En su intervención, la subsecretaria destacó que tras vivir uno de los eventos más oscuros de la historia de la humanidad “hoy no cabe duda de que la paz mundial depende de la capacidad colectiva para evitar el uso de armas nucleares y orientar la investigación atómica hacia fines exclusivamente pacíficos”.
“Este acto conmemorativo posee un profundo simbolismo: es un sentido homenaje a los inocentes que, en agosto de 1945, perdieron la vida o vieron la suya destrozada, y constituye también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con un mundo sin armas atómicas”, agregó.
A partir de este hecho histórico se han generado múltiples iniciativas globales como el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. En América Latina, se concretó el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en 1967 y en 2014, los países de la región asumieron el compromiso de consolidar a Latinoamérica como una “zona de paz”, declarando la obligación de los Estados a seguir promoviendo el desarme como un objetivo prioritario.
“Hoy Hiroshima y Nagasaki son ciudades llenas de vida que nos dan un ejemplo de fortaleza humana. Desde aquí transmitimos nuestra solidaridad con el resiliente pueblo japonés que supo sobreponerse a una tragedia y hoy es un pueblo que trabaja por la paz”, finalizó.