Chile en la OMS
A lo largo de su trayectoria en la OMS, Chile ha trabajado en la promoción de la cobertura sanitaria universal. Las políticas nacionales se han alineado con las estrategias de la OMS dirigidas al acceso equitativo a servicios de salud de calidad. Este enfoque se ha visto reforzado con reformas y programas que mejoran la infraestructura y la cobertura del sistema sanitario, fortaleciendo la red de atención primaria.
Otro logro destacado ha sido la lucha contra las enfermedades no transmisibles, como la obesidad, el tabaquismo y las enfermedades cardiovasculares. Chile ha contribuido activamente a la implementación de estrategias globales impulsadas por la OMS, desarrollando medidas pioneras como la Ley de Etiquetado de Alimentos (2016), reconocida internacionalmente por su efectividad en la reducción del consumo de productos altos en azúcares, grasas y sodio. Asimismo, la adopción de políticas de control del tabaco, que incluyen aumentos de impuestos y restricciones publicitarias, ha posicionado a Chile como un país comprometido con la prevención de estas enfermedades.
Chile se ha caracterizado por su sólido liderazgo en la respuesta a pandemias y emergencias sanitarias, cimentado en la adopción de protocolos y la rápida implementación de medidas coordinadas con la OMS. Ya en 2009, durante la pandemia de Influenza H1N1, el país colaboró con el organismo internacional para desarrollar campañas de vacunación masiva y estrategias de prevención. Posteriormente, frente a la pandemia de COVID-19, Chile no solo adoptó tempranamente las directrices de la OMS para la gestión de emergencias sanitarias, sino que además impulsó la necesidad de forjar un acuerdo internacional sobre prevención, preparación y respuesta ante futuras pandemias.
La experiencia acumulada en estos escenarios críticos permitió a Chile participar activamente en el programa Covax, iniciativa global que involucra a la OMS, la OPS, Unicef, Gavi y CEPI, con el fin de asegurar el acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19. Estas acciones han convertido a Chile en un ejemplo regional de cómo articular esfuerzos locales con lineamientos globales para gestionar de manera eficaz las emergencias en salud.
La salud mental también ha sido un pilar de la colaboración con la OMS. Chile ha impulsado su integración en la atención primaria, reforzando los servicios de salud mental y promoviendo programas de prevención y tratamiento alineados con el Plan de Acción de la OMS en este ámbito. Esta iniciativa busca asegurar que la salud mental forme parte integral de los niveles de atención y no se limite a los servicios especializados.
Por último, en materia de prevención y control de enfermedades transmisibles, Chile ha implementado planes de acción dirigidos a la erradicación y al control de afecciones como la tuberculosis, el VIH/SIDA y varias infecciones respiratorias. Estas políticas se sustentan en la coordinación permanente con la OMS, procurando responder rápidamente a brotes epidemiológicos y reducir el impacto de estas enfermedades en la salud pública.