Lucila Godoy – Gabriela Mistral: Diplomática, educadora y Premio Nobel

Antes de que el Nobel de Literatura reconociera su obra poética, Lucila Godoy Alcayaga, mejor conocida como Gabriela Mistral, ya había trazado una ruta inédita en la diplomacia latinoamericana del siglo XX. Su nombre, asociado a versos universales, también es sinónimo de una carrera consular audaz y transformadora, marcada por desafíos políticos, luchas contra el sexismo institucional y una visión pionera de la cooperación internacional.
Godoy transitó desde los paisajes rurales hasta los salones de la Sociedad de las Naciones en Ginebra, convirtiendo cada nombramiento diplomático en una plataforma para promover la justicia social, la educación y los derechos de las mujeres.
Diplomacia, educación y desolación
En 1922, el Gobierno mexicano, a través del ministro José Vasconcelos, informó al entonces canciller chileno, Ernesto Barros Jarpa, sobre la invitación extendida a Gabriela Mistral para dictar conferencias y visitar establecimientos educacionales femeninos en México. En respuesta, Barros Jarpa instruyó al enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Chile en México, Enrique Bermúdez, a brindar todas las facilidades necesarias para el desarrollo de sus funciones como comisionada.
Con la venia de ambos gobiernos, Lucila cumplió las actividades encomendadas y visitó distintos centros educativos, contribuyendo activamente a la reforma educacional mexicana.
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El gobierno mexicano comunica al Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Ernesto Barros Jarpa, que ha invitado a Gabriela Mistral a dictar conferencias y visitar establecimientos educacionales femeninos en ese país. |
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Ese mismo año, Mistral publica Desolación en Nueva York, Estados Unidos. En 1923, aparece Lecturas para mujeres, resultado directo de su colaboración con la reforma educativa mexicana. Al año siguiente, publica Ternura en Madrid, España. Posteriormente viaja por Europa y América, recibiendo homenajes en Uruguay, Argentina y Brasil.
En 1925, Godoy recibe el beneplácito del Gobierno de Chile para incorporarse a la Secretaría del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Dos años después, participa en el Congreso de Protección de la Infancia en Ginebra. En 1928, asiste a la Conferencia Internacional de Maestros en Buenos Aires, centrada en los derechos del niño. Ese mismo año, representa a Chile y Ecuador en el Congreso de la Federación Internacional Universitaria en Madrid, y en 1929 representa a Chile en el Congreso de Mujeres Universitarias, también en la capital española.
En 1930, Gabriela publica Nubes blancas: poesías y la oración de la maestra. Ese mismo año, viaja por segunda vez a Estados Unidos, invitada por la Universidad de Columbia, donde dicta conferencias en el Barnard College y en el Middlebury College. En 1931 publica el artículo Cacería de Sandino en Nueva York, en el que toma partido por el líder nicaragüense y critica la política intervencionista de EE.UU. y del presidente Herbert Hoover. Ese año también ofrece conferencias en República Dominicana y Costa Rica.
Lucila Godoy, la cónsul
El 24 de junio de 1932, Lucila Godoy fue designada cónsul de Chile en Nápoles. Sin embargo, no pudo asumir el cargo debido a una ley italiana de 1929 —dictada durante el régimen de Benito Mussolini— que impedía a las mujeres ocupar cargos públicos con potestad política o jurisdiccional. El 23 de diciembre del mismo año, su renuncia fue aceptada vía decreto.
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Luego de este primer intento fallido, el 19 de julio de 1933, Lucila Godoy asumió como cónsul de Chile en Madrid.
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El 24 de septiembre de 1934, fue nombrada por ley como cónsul particular de profesión, en carácter vitalicio. El 18 de octubre del mismo año fue designada cónsul de Chile en Lisboa, Portugal. Desde este cargo, el 25 de mayo de 1936, envió una carta al presidente Arturo Alessandri Palma comentando diversas situaciones que afectaban a América Latina.
A fines de 1937 viaja a Brasil, y a principios del año siguiente asume el cargo de cónsul en Niza, Francia. En ese mismo periodo Gabriela Mistral publica Tala en Buenos Aires y asiste a actividades en Nueva York y Washington, invitada por la Unión Panamericana.
En 1940, Lucila fue nombrada cónsul de Chile en Petrópolis, Brasil, donde combinó su labor literaria con sus funciones diplomáticas, enviando informes y cartas al Ministerio de Relaciones Exteriores. Fue en ese país donde recibió la llamada que la nominaba al Premio Nobel.
Premio Nobel y legado diplomático
El 10 de diciembre de 1945, Gabriela Mistral recibe el Premio Nobel de Literatura.
Lucila continuó su labor diplomática. En 1947 realizó funciones consulares en California, Estados Unidos, y en 1948 fue designada cónsul de Chile en Veracruz, México.
En 1951 realizó labores consulares en Rapallo y Nápoles, Italia. En junio del mismo año, recibió el Premio Nacional de Literatura en Chile. En 1952 publicó en Santiago Los sonetos de la muerte y otros poemas elegíacos.
En 1953, fue delegada de Chile en la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas, cargo que desempeñó durante dos años. Ese mismo año, viajó a Cuba para participar en las actividades de conmemoración del centenario de José Martí.
En 1954, Gabriela Mistral publicó en Santiago su libro Lagar.