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Domingo 3 de agosto de 2008  
PALABRAS A LA PRENSA DE   S.E. LA PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA DE CHILE,   SEÑORA MICHELLE BACHELET JERIA,   LUEGO DE FIRMAR DECLARACIÓN CONJUNTA   CON EL PRESIDENTE DE COLOMBIA, ALVARO URIBE   Bogotá, 19 de abril de 2007
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Gracias por sus palabras, Presidente Uribe, gracias a nombre del pueblo y del gobierno de Chile por la calidez y la acogida con que colombianas y colombianos nos han brindado en esta visita oficial en las calles y en cada una de las actividades, y con la calidez, en particular, que usted y su gobierno nos han recibido a mi delegación y a mí en lo personal.

Yo lo he señalado durante este día, que este sentimiento de amistad y de hermandad es el mismo que usted ha encontrado en cada una de las visitas que ha realizado a nuestro país y que constituye, por tanto, una roca firme, podríamos decir, sobre la que descansan nuestras relaciones entre nuestros pueblos, nuestras naciones y las relaciones que nuestros gobiernos están llevando adelante.

La relación bilateral de Colombia y Chile, yo podría decir que pasa por un momento muy especial, porque Colombia y Chile tenemos una perspectiva convergente sobre la dirección que deben adoptar los procesos de integración. Y estamos convencidos que la integración tiene que ser profundizada, y nada nos hará cambiar esa convicción, y ésta es una mirada estratégica en el corto, en el mediano y largo plazo.

Por eso que en el corto plazo hemos dados pasos importantes. Lo señalaba el Presidente, el año pasado alcanzamos un acuerdo de libre comercio, a fines del año pasado, y que está en nuestros Parlamentos para poder ser ratificado y esperamos al más breve plazo posible. Y ahora, hemos avanzado en un nuevo paso adelante, cual es el acuerdo de resolver el tema de la doble tributación.

Entonces, no son sólo palabras. Chile y Colombia somos dos países medianos, con economías similares y tenemos un tremendo espacio ahí para aumentar nuestro comercio, nuestras inversiones mutuas y, en definitiva, para lo que buscamos con eso, que es crear empleos, crear mejores condiciones de vida a nuestros ciudadanos y también crear mayor riqueza para distribuirla bien y lograr mayor bienestar.

Las empresas chilenas ya han invertido cerca de 40 mil millones de dólares en nuestra región, de los cuales 5.700 millones lo han hecho en Colombia, y tanto el TLC como el acuerdo vinculado a la doble tributación estamos convencidos van a ser pasos importantes en el fortalecimiento de esta naciente asociatividad entre nuestros empresarios.

Pero la verdad que nuestra relación es más que lo bilateral. Coincidimos en que, lo decía recién el Presidente, en que la integración regional descansa sobre una convergencia gradual entre diferentes procesos subregionales, la CAN, el MERCOSUR y países como Chile que practica una política de regionalismo abierto y que es miembro asociado de ambos bloques. Colombia y Chile creemos que no tenemos tiempo que perder y debemos aprovechar cada espacio disponible para avanzar.

Por eso no puedo sino manifestar públicamente, señor Presidente, el agradecimiento por el apoyo de su gobierno a la incorporación de Chile como miembro asociado a la Comunidad Andina, así como su entusiasta apoyo a la propuesta de Chile para crear un mecanismo de diálogo y concertación política, comercial y cooperación en los países latinoamericanos, del Pacífico y el Atlántico, que deseen abordar este desafío que nos plantea la Cuenca del Pacífico.

Chile está concluyendo, ya se sabe, un ciclo de política exterior en el que se ha construido una red global de acuerdos de libre comercio. Tenemos acceso preferencial a un mercado de más de 3 mil millones de personas, incluyendo América del Norte, Europa, Asía Pacífico, países como China, Japón, Corea del Sur, la India, y estamos ahora trabajando la posibilidad con Australia y tenemos, sin duda, una red muy importante con nuestros países de América Latina. Y esa es la escala de nuestro desafío de gobierno, pero muy esencialmente también, de nuestros empresarios.

Ahora bien, para ser exitosos en esta nueva etapa de nuestro proceso de desarrollo, la política exterior de Chile debe generar las condiciones para que se produzcan las asociaciones políticas y promover también la asociatividades entre los sectores públicos y sectores privados que permitan desplegarnos en este nuevo escenario y maximizar las nuevas oportunidades.

Ahora, una tarea de esta envergadura sólo es posible si somos capaces de formar redes de asociaciones políticas y el desarrollo de empresas latinoamericanas de alcance global. Y creemos que Colombia es, junto a otros países en la región, el tipo de socio con el que podemos trabajar en esta perspectiva, y eso es lo que hemos estado conversando con el Presidente Uribe.

Actuemos sin complejos y con realismo. No perdamos, sin embargo, la mirada global y la capacidad de soñar y actuar animados por grandes visiones, y tampoco perdiendo de vista a dónde marcha el mundo fuera de América Latina.

Yo quisiera formular un último comentario sobre este desafío y el sentido de esta visita. Nada de esto va a ser posible si junto con emprender este desafío global en América Latina, no entendemos que tenemos que tomarnos muy en serio la construcción de sociedades que sean incluyentes y no excluyentes.

No se trata solamente de resolver las necesidades sociales y mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, eso es sin duda importante, se trata también de promover sociedades que tengan economías vigorosas, pero que al mismo tiempo no reproduzcan la brutal marginación política, social y económica que ha caracterizado nuestra América Latina desde sus orígenes y que lamentablemente continúa presente.

El crecimiento no se sostiene sin equidad e inclusión, ni equidad sin crecimiento, y sobre este tema, que es uno de los componentes centrales de la agenda de gobierno mía, hemos también conversado con el Presidente Uribe, y forma parte de los fundamentos que sustentan esta tan rica y positiva relación bilateral.

Muchas gracias Presidente.