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Domingo 3 de agosto de 2008  
INTERVENCIÓN DE   S.E. LA PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA DE CHILE,   SEÑORA MICHELLE BACHELET JERIA,   EN LA XXXIII CUMBRE DEL MERCOSUR   Asunción, Paraguay, 29 de junio de 2007
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Señoras y señores:

Yo quiero, primero, Presidente Duarte, agradecer muy sinceramente a usted y al pueblo paraguayo por la cariñosa acogida que nos han brindado en este encuentro XXXIII Cumbre de MERCOSUR y, sin duda, felicitarlo por el éxito de esta nueva cumbre.

Acá hemos estado hablando de los avances y también de los temas pendientes en el proceso de integración entre los países del MERCOSUR.

Y en general, sabemos que la integración no es nada fácil. Es un avance siempre, en cualquier área, gradual y lleno de complejidades. Descansa, naturalmente, y debe descansar, sobre el consenso y la existencia de, por un lado, políticas comunes y, por otro lado, convergentes.

A veces esto no es posible, y cuando eso no es posible y existen divergencias, debemos respetar esa diversidad y buscar los puntos de encuentro que permitan mantener la marcha, respetando los ritmos de cada país y reconociendo las dificultades, pero con un punto básico, sin claudicar jamás en la voluntad de integración.

En el largo plazo, los avances que somos capaces de construir mediante acuerdos compartidos por todos, son siempre los mejores acuerdos, puesto que son sólidos y son sustentables en el tiempo. Y terminan, además, generando un proceso integrador que está dotado de otros de los objetivos que tenemos en la integración, cual es la credibilidad, la legitimidad y la gravitación internacional. Esto de poder tener una sola voz frente a problemas globales muy importantes.

Por eso que a nuestro juicio es tan importante y relevante consolidar los avances. Por eso que es tan importante sustentar en el tiempo las políticas integradoras y que tomen en consideración, como se ha ido avanzando, las asimetrías y las características propias de los países del MERCOSUR.

Por todo ello, permítame felicitarlo, Presidente Duarte, porque bajo la presidencia del Paraguay MERCOSUR ha resuelto problemas, normales entre países hermanos, y ha dado pasos graduales pero importantes, tanto entre los miembros plenos, como en los miembros asociados.

Mi presencia como Presidenta de Chile en esta reunión reitera y refuerza el compromiso de mi país, de Chile con el MERCOSUR, y además nuestra voluntad de seguir perfeccionando nuestra participación en la institucionalidad del bloque. Y, por cierto, de manera también muy especial, en el Foro de Consulta y Concertación Política.

También quisiera señalarle a los amigos de MERCOSUR, que Chile se integró como miembro asociado a la Comunidad Andina, en la recientemente realizada reunión Cumbre en Tarija, Bolivia, sumándose así al status que actualmente tiene cada uno de los miembros del MERCOSUR en la CAN. Y como yo dijera, Chile vuelve al lugar de donde nunca debió haberse ido.

La asociación de Chile a la CAN es así una reafirmación más de nuestra clara vocación y voluntad de continuar trabajando en la construcción de un proceso regional de integración.

Cuando yo hablo de integración, estoy hablando de una integración basada en la convergencia de procesos subregionales, en el fortalecimiento de la agenda social regional, en el desarrollo de la asociatividad pública y también privada para enfrentar unidos los desafíos que nos están imponiendo los mercados mundiales, y en el fortalecimiento también de la concertación política regional en los principales temas de la agenda global: desarrollo y pobreza, comercio, cambio climático, seguridad y fortalecimiento del multilateralismo.

Y permítanme, quisiera yo compartir con ustedes algunas reflexiones sobre un tema que pareciera sofisticado y que está lejano, pero que no está nada lejano, cual es el tema del cambio climático.

En la experiencia chilena, y sé que en la boliviana también, a propósito del cambio climático, muchos glaciares nuestros han desaparecido, o hay áreas de nuestro país que están con fuertes problemas de ozono y, por ende, una enorme cantidad de impacto en la salud con cánceres y otras patologías.

Y por eso que el tema del cambio climático no es un tema de otros, es un tema de todos nosotros también. Y yo quisiera llamar la atención a que también juguemos más un rol en este sentido.

Porque enfrentar el cambio climático requiere de cooperación y acuerdo entre nosotros. Debemos comenzar, por ejemplo, a pensar desde ya en cuáles van a ser las ideas que como MERCOSUR o como UNASUR, que vamos a introducir en los acuerdos internacionales para el post Protocolo de Kioto, puesto que el Protocolo de Kioto termina el 2012.

Y tenemos, incluso, que adelantar esta tarea, porque la nueva evidencia científica lo que nos señala es que los tiempos que alguna vez se acordaron, la verdad que no son viables y deben ser reducidos, porque los tiempos han sido reducidos y, por tanto, tenemos que ya trabajar en esa dirección.

Y tanto los países desarrollados como nuestros países, debemos introducir cambios en nuestras conductas, porque ningún país puede restarse a esta tarea.

Todos tenemos que hacer el esfuerzo de transitar hacia economías de producción limpia, pero ello requiere, naturalmente, un compromiso muy fuerte de los países desarrollados, quienes son los principales emisores, y que deben aportar con apoyo económico y transferencia de nuevas tecnologías necesarias a los países en vías de desarrollo.

Este enorme desafío demanda expandir y coordinar mecanismos de mercado de carbono. Nos exige a todos desarrollar una forestación sustentable, puesto que los bosques son sumideros de carbono clave. Nos obliga a desarrollar políticas energéticas sostenibles.

Aquí hemos hablado, y yo comparto plenamente lo que ha señalado el Presidente Kirchner y el Presidente Morales, en el sentido que la energía es un elemento fundamental en el desarrollo de nuestros pueblos y que debemos enfrentar una integración energética en forma solidaria e integrada.

Pero también importa que desarrollemos políticas energéticas sostenibles. También importa y nos demanda avanzar hacia una cultura de eficiencia energética, invertir en el desarrollo de fuentes alternativas de energía eficiente y de costo razonable. Y, a la vez, dada la envergadura histórica del problema que enfrentamos, sería también, a propósito de esto, usando como excusa el cambio climático, tremendamente contraproducente que con motivo de combatir el calentamiento global, se introdujeran nuevas cláusulas y medidas proteccionistas en el comercio mundial, que afectarían aún más el acceso de exportaciones hacia los mercados más desarrollados.

Entonces, coloco este tema porque creo que no es un tema de mañana, sino de hoy.

Por cierto, en el ámbito más propiamente nuestro, tenemos que continuar avanzando en el desarrollo de nuestras economías, de su competitividad, del apoyo al emprendimiento de las pequeñas y medianas empresas, del desarrollo de innovación, de ciencia, de tecnología, de nuestra gente, de creación de empleo, pero no de cualquier tipo de empleo, sino de empleo digno y decente, con condiciones laborales, con contratos que se respeten y también, por cierto, de nuestro trabajo en conjunto por mejorar la calidad de nuestra educación, que es tan clave en el desarrollo de nuestras generaciones, de la salud, para darle mayores oportunidades a nuestros ciudadanos.

Y yo en este marco quisiera destacar, en forma muy especial, los avances alcanzados durante la presidencia paraguaya en la dimensión social de la integración. Porque hay algo muy cierto: el éxito o el fracaso de la lucha contra la pobreza; el éxito o el fracaso de la lucha contra la exclusión, han terminado siendo la variable más importante de los procesos de consolidación democrática de la región.

Lo he dicho muchas veces y lo reitero, porque estoy absolutamente convencida: nuestros pueblos esperan mucho de sus gobernantes democráticos, y no los podemos defraudar, porque así estamos defraudando a la propia democracia.

Todo ello, por cierto, debe ser considerado como una variable fundamental en el éxito o en las dificultades de nuestro propio proceso de integración.

Aquí ha sido señalado por los presidentes en más de una ocasión, cómo nuestros pueblos no siempre ven lo que son los beneficios de la integración. Y es claro que la mejoraría de las condiciones de vida de nuestros pueblos, dotan también de mayor legitimidad ante ellos de estos procesos de integración.

Es por eso, como lo he señalado en otros foros de nuestra región, Chile tiene la disposición y voluntad política para que transformemos a la dimensión social en un eje fundamental del proceso de integración, el eje social del Mercosur, y que construyamos grandes acuerdos nacionales y regionales en torno a integración social, a cohesión social, a protección social, el nombre que queramos darle. Porque hay algo que nosotros como país y como gobierno estamos convencidos: no existe, y esto es algo que muchas veces en nuestros pueblos, sectores políticos manifiestan esto, y nosotros creemos que es falso: no existe un trade-off entre crecimiento y cohesión social. No se trata de elegir entre uno y otro. Ambos son importantes y ambos, de hecho, se pueden potenciar entre sí.

Y yo quiero decir que lo que estoy hablando no son sólo palabras.

Permítanme compartir con ustedes buenas noticias de Chile.

Chile ha dado pasos fundamentales en materia social y en inclusión. Desde que recuperamos la democracia en 1990, hemos logrado reducir la pobreza desde casi el 40 por ciento a un 13,7 por ciento.

Sólo en los últimos tres años redujimos la pobreza en 5 puntos porcentuales.

Pero hay más. Hemos reducido la pobreza a un ritmo mayor entre los pueblos originarios. En 10 puntos la hemos reducido en los últimos 3 años.

Hemos reducido la pobreza a un ritmo mayor en el mundo rural.

Hemos reducido la pobreza a un ritmo mayor en provincias y regiones.

Y todo ello ha ocurrido a un ritmo mayor que lo que ha sido el crecimiento de la economía.

¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que sin duda el crecimiento económico es fundamental, es necesario e indispensable, pero no es suficiente. Que las políticas sociales son cruciales en la derrota de la exclusión. Que es posible, perfectamente, combinar, como lo hemos hecho los gobiernos democráticos, crecimiento con equidad y justicia social, y que además debemos persistir en ese camino.

Que estamos en un buen momento para tomar ese camino con fuerza, porque como nos señala la CEPAL, el cuatrienio 2003-2006 ha sido el de mejor desempeño social de América Latina en los últimos 25 años.

Sin embargo, no podemos quedarnos tranquilos, porque la pobreza es aún inaceptablemente alta. Las proyecciones estimaban que el 2006 habría 205 millones de pobres, por lo que recién estamos recuperando los estándares regionales a los niveles anteriores a la crisis asiática.

Pero es un paso importante que debemos profundizar con buenas políticas públicas y, por cierto, con un aumento de la cooperación en este plano.

Por eso que yo quiero agradecer y valorar la positiva acogida que ha tenido entre nuestros hermanos del bloque la propuesta de Chile en orden a participar en plenitud en el Instituto Social del MERCOSUR, porque eso nos permitirá contribuir a consolidar la dimensión social como eje fundamental del desarrollo del MERCOSUR y avanzar en el diseño de políticas comunes en el ámbito social.

También creemos que ha sido muy importante que el Mercosur haya acogido favorablemente la propuesta de una Reunión Especializada de Entes Gubernamentales para Nacionales Residentes en el Exterior.

Porque aquí lo que queremos es que impere la misma lógica de lo que antes hemos señalado: incluir, incluir, incluir a todos los habitantes de nuestras tierras en el avance de las sociedades. Y los migrantes son, por cierto, parte de nosotros y a ellos debemos apoyar.

Por último, quiero manifestar, asimismo, la satisfacción de mi gobierno por los avances del bloque en el ámbito comercial y económico.

El comercio Chile-Mercosur exhibe una clara reactivación y una profundización de nuestra interdependencia económica: 13,5 por ciento fue el aumento del intercambio comercial entre Chile y MERCOSUR el año 2006.

A decir verdad, la balanza es deficitaria para Chile, pero este año lo compensamos con un mayor incremento de exportaciones chilenas, que aumentaron un 49 por ciento.

Y es una tendencia positiva, pero creemos que podemos hacer más. Por eso estamos perfeccionando el ACE 35, que rige nuestra relación comercial.

Queremos acelerar así nuestra integración, disminuyendo los planos de desgravación e iniciando la negociación de nuevos capítulos referidos a inversiones y compras públicas.

Y quisiera destacar la importancia de estas negociaciones, porque van a permitir dinamizar un sector de gran potencial.

Por eso la relevancia de alcanzar un acuerdo en nuestra negociación sobre la liberalización del comercio de servicios. Un acuerdo en esta área será un incentivo muy positivo para la profundización de nuestra integración, para la creación de empleo productivo y, por cierto, para darle mayor dinamismo a nuestras economías.

Señor Presidente:

Mi país como asociado al Mercosur, le otorga la mayor importancia a las negociaciones que se llevan adelante en la Ronda de Doha y expresa todo su apoyo a las gestiones realizadas por Brasil, en representación del G-20, del cual formamos parte.

Además, reafirmamos nuestra voluntad de continuar trabajando estrechamente con nuestros socios del G-20, con el propósito de lograr resultados que nos garanticen un comercio sobre bases más justas y equitativas, particularmente en el acceso a los mercados agrícolas de los países desarrollados, reduciendo los altos subsidios que aún mantienen esas economías.

Es por lo anterior que Chile respalda la declaración de los Estados parte del Mercosur relativo a este tema y se permite instar al resto de los países asociados a sumarse a dicha iniciativa.

Señor Presidente Nicanor Duarte:

Felicitaciones nuevamente por su presidencia pro-témpore y por esta cumbre, y muchos éxitos a mi doble colega Presidente y doctor, Tabaré Vázquez, en la presidencia pro-témpore que inicia. Sigamos trabajando unidos por nuestra gente, que tanto espera de nosotros, que espera que cumplamos nuestros compromisos políticos de asegurarles la construcción de sociedades más igualitarias, más justas, más solidarias, más inclusivas y más humanas.

Algún político decía que las campañas se hacen en poesía, pero que se gobierna en prosa. Tratemos de que la poesía y la prosa vayan de la mano.

Muchas gracias.