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Cochabamba, 5 de junio de 2012 
Discurso del Canciller Alfredo Moreno
42ª Asamblea General de la OEA
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Señor Presidente de la Asamblea General;
Señor Secretario General de la OEA
Señores Ministros de Relaciones Exteriores;
Señores Representantes Permanentes
Señoras y señores

 

Me corresponde intervenir en nombre del Gobierno de Chile después de haber escuchado las palabras del canciller David Choquehuanca, quién nos ha expuesto una versión sobre las relaciones con mi país que no puedo dejar sin responder ante tan ilustre audiencia.


Como expresé el año pasado en este foro, nuestra región goza de paz, el bien más valioso del que pueden disfrutar las naciones. En ello desempeña un papel relevante un conjunto de tratados de límites entre nuestros Estados, varios de ellos suscritos luego de conflictos.


Buena parte de esos acuerdos se definen como tratados "de Paz y Amistad" lo cual simboliza el ánimo de dejar atrás un pasado, a veces doloroso, y de orientarse hacia un futuro de esperanza y buen entendimiento.


Las actuales generaciones, que recibimos ese legado, debemos honrar los compromisos contraídos por quienes los asumieron.


En su intervención, el señor Canciller de Bolivia ha presentado su interpretación de las causas de la guerra del Pacífico de 1879. Esta versión no está avalada por la historia ni responde a las circunstancias que originaron el conflicto, que Chile trató de evitar.


En 1904, es decir veinte años después de concluidas las hostilidades armadas, ambos Estados firmaron el tratado que fijó los límites definitivos entre nuestros Estados.


El Ministro de Defensa boliviano de aquel entonces, Ismael Montes enarboló, precisamente, el proyecto de este tratado como bandera de su candidatura presidencial en 1904, siendo elegido por amplia mayoría ciudadana (76,4% de los votos).


Quiero aprovechar, ya que en esta reunión se nos ha entregado profusos antecedentes a la entrada de la sala, quisiera decir respecto a la publicación denominada "Memoria Gráfica. Reivindicación Marítima de Bolivia", editado este año por el Ministerio de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia y distribuido en esta Asamblea a las delegaciones, junto con señalar que comprende una visión sesgada y errada de la historia de las relaciones entre ambos países, deseo hacer una reserva general al contenido de este libro. Y como antes de entrar recibimos otro texto, deseo formular una reserva general para la revista titulada "Mar para Bolivia" editada en mayo de 2012 por DIREMAR y distribuida precisamente en las afueras de esta sala, previo al inicio de esta reunión, y que se refiere a los mismos elementos que ya señalé.


Señores Jefes de Delegación:


Chile ha demostrado en su historia estar abierto a la búsqueda de fórmulas que permitan mejorar el acceso boliviano al mar, y son varias las conversaciones y negociaciones diplomáticas que han ocurrido a lo largo del último siglo para tratar de satisfacer esa aspiración, cuyo fracaso no puede imputarse a mi país.


Bolivia ha interrumpido relaciones con Chile en dos ocasiones en los últimos 50 años y hasta hoy no tenemos relaciones diplomáticas normales.


A pesar de ello, al iniciar su mandato las actuales autoridades chilenas invitaron a Bolivia a establecer un diálogo sobre bases muy claras. Las conversaciones deberían desarrollarse con pleno respeto al Tratado de Paz y Amistad de 1904 y por tanto, no se considerarían iniciativas que implicaren una cesión de soberanía.


Sobre esos principios, los presidentes Morales y Piñera se reunieron en ocho ocasiones durante el 2010 y adicionalmente los cancilleres sostuvimos varios encuentros. Nuestro ánimo era avanzar buscando concordar medidas concretas, útiles y factibles en beneficio de ambos pueblos.


Ambos Gobiernos entendimos que progresábamos muy positivamente en el fortalecimiento de nuestras relaciones, por medio de mejores formas de integración, enfocadas a aprovechar las enormes ventajas de una vecindad armoniosa entre países que comparten una larga frontera.


No podemos desconocer una realidad: ambos países nos necesitamos, hemos desarrollado una Agenda que identifica las áreas donde queremos trabajar y sobre todo, dialogar y donde encontramos algunos avances importantes. La voluntad de Chile ha sido total en esta materia: podemos ofrecer testimonios de este esfuerzo, y nunca hemos eludido los temas del presente y del futuro. En este sentido, reiteramos el llamado a Bolivia a continuar el camino donde podemos profundizar nuestro diálogo, comprender mejor nuestras necesidades y fortalecer nuestras relaciones.


Este clima positivo y estos avances quedaron plasmados en declaraciones que el mismo Presidente Evo Morales hizo el 23 de marzo de 2011, elogiando el proceso de diálogo bilateral. En una entrevista concedida al diario chileno El Mercurio, señaló que su discurso hacia Chile "será para seguir profundizando la confianza" y que "un problema de tantos años (aspiración marítima) no se podía resolver en tan corto tiempo". Frente a una consulta respecto de recurrir a una instancia judicial internacional, el Presidente Evo Morales respondió: "En eso no creo tanto".


Sin embargo, en una contradicción inexplicable, ese mismo día el Presidente de Bolivia anunció en La Paz la judicialización de su pretensión marítima.
Este año ha reiterado esa intención.


Tal decisión es lamentable porque intenta poner en tela de juicio la validez de un tratado vigente por más de 100 años que nos ha brindado una convivencia pacífica y mutuos beneficios. Estamos convencidos que el respeto al derecho internacional, y en particular a los tratados, entrega valores a los Estados, garantiza la paz, y además promueve relaciones de amistad y cooperación entre los pueblos.


La "Convención de Viena sobre el derecho de los tratados", consagra el principio universal "Pacta sunt servanda": "lo pactado obliga", y además señala que estos acuerdos sólo pueden ser modificados por el consenso de las partes.


Señor Presidente, ya en 1920 Bolivia recurrió a la Sociedad de las Naciones, antecesora de las Naciones Unidas, para obtener la revisión del Tratado de 1904. Una Comisión de Juristas designada por ella determinó, por unanimidad, que la demanda boliviana era inadmisible en razón que la Sociedad de las Naciones carecía de competencia para modificar cualquier tratado. Asimismo, textualmente expresó: "La modificación de los tratados es de la sola competencia de los Estados contratantes".


Así como la Sociedad de las Naciones reconoció su falta de competencia, en tan delicada materia, Chile ha recordado permanentemente que la Organización de Estados Americanos carece de toda competencia para intervenir en asuntos que afecten la integridad territorial de los Estados miembros o comprometan los tratados de límites vigentes.


Señor Presidente:


Creo necesario agregar que es inconsistente que Bolivia atribuya consecuencias regionales a lo que describe como su "problema marítimo". Ello, porque jamás ha estado en el ánimo de Chile desconocer sus compromisos ni mucho menos quebrantar una paz que exigió tantos años de empeño y dedicación a nuestros antepasados para conseguirla. La voluntad de dialogo de Chile ha sido manifiesta y reiterada.


Sin embargo, debo llevar a la atención de esta Asamblea, que Bolivia por mandato constitucional, lo que reclama desde el año 2009 es una "reivindicación", es decir un acceso soberano al Océano Pacífico a través de territorios que constituyen parte integral e indivisible de Chile.


En efecto, la Constitución de 2009 del Estado Plurinacional de Bolivia bajo el título "Reivindicación Marítima" en su artículo 267 establece:


"I.- El Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al Océano Pacífico y su espacio marítimo."
Luego, en su disposición novena transitoria se señala que:


"Los tratados Internacionales anteriores a la Constitución y que no la contradigan se mantendrán en el ordenamiento jurídico interno, con rango de ley. En el plazo de cuatro años desde la elección del nuevo Órgano Ejecutivo, éste denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales que sean contrarios a la Constitución".


Estas disposiciones son inoponibles a Chile, y por tanto han sido sujeto de reserva por parte de nuestro país. Ningún Estado puede ampararse en normas de derecho interno para unilateralmente denunciar un tratado limítrofe, menos aún si las normas constitucionales que le sirven de fundamento fueron creadas un siglo después. Estamos en presencia de principios básicos del orden jurídico Internacional.


Como hemos recordado ante esta Asamblea en el pasado, Chile ha otorgado y continuará trabajando para hacer efectivo el régimen de libre tránsito a favor de Bolivia, comprometiendo a todos sus servicios y a su diplomacia para que ese propósito sea siempre realidad. Bolivia sabe que cuenta con Chile para facilitarle sus intercambios con terceros países, por medio de ventajas, seguridades y beneficios económicos.


Las facilidades otorgadas por mi país a la carga boliviana en tránsito por territorio chileno van mucho más allá de la "Convención de Naciones Unidas sobre el Comercio de Tránsito de los Estados sin Litoral" y otros convenios que regulan el libre tránsito comercial. Entre ellas, tarifas portuarias privilegiadas y exclusivas para la carga boliviana en los puertos chilenos sujetos al libre tránsito, gratuidad del almacenamiento por un año para las cargas de importación de ese país en dichos recintos portuarios, exenciones de impuestos a todos los servicios aplicados a las cargas bolivianas en transito, etc.


Aún más, en el norte de nuestro país, el Gobierno chileno ha comprometido importantes recursos, para facilitar el comercio boliviano a través de nuestros puertos.


Estamos renovando la principal carretera que une al puerto de Arica con Bolivia, por la cual se transfirieron el año pasado más de 1,8 millones de toneladas de carga boliviana; estamos habilitando un nuevo camino para el comercio exterior de Bolivia; hemos dispuesto la construcción de dos nuevos complejos fronterizos; y está a punto de concluir la rehabilitación del ferrocarril de Arica a La Paz que estará en condiciones de operar en el segundo semestre de este año.


Todo lo anterior es reconocido por los propios exportadores e importadores bolivianos, al destacar la eficiencia de los servicios que Chile presta a Bolivia. Los usuarios bolivianos gozan de discriminación positiva respecto de nuestros propios nacionales al recibir un trato preferente y excepcional para la carga de su país que utiliza puertos chilenos y que van más allá del derecho de libre tránsito fijado por el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Amplios beneficios unilaterales y exclusivos en materia comercial han sido concedidos también por Chile mediante el Acuerdo de Complementación Económica del año 2008 que rige entre ambos países.


Como antecedente, del total del comercio exterior que tuvo Bolivia en 2010 con países no limítrofes (en toneladas), más del 60% circuló a través de puertos chilenos.


Este es el camino de la verdadera integración. Puedo decir señores Cancilleres y delegados, que Chile, a pesar de no contar con relaciones normales con Bolivia y de los anuncios del gobierno boliviano, ha seguido impulsando un dialogo bilateral con iniciativas provechosas. El Presidente Piñera se ha reunido este año en dos oportunidades con el Presidente Morales, y Usted mismo Canciller sabe las reuniones que hemos tenido, lo que hemos hecho para avanzar juntos y también las reuniones de alto nivel que hemos organizado, para tratar todos los temas de nuestra relación. Esta es la forma de dar un paso adelante y se requiere, por sobre la retórica y la política contingente, una decidida voluntad y realismo para alcanzar un relacionamiento que lleve a encontrar medidas útiles, concretas y factibles que favorezcan de manera directa el desarrollo de nuestros pueblos.


Señor Presidente de la Asamblea, señores ministros:

 

Al concluir quiero reiterar que Chile seguirá cumpliendo con el mejor y más sincero espíritu su voluntad de estrechar vínculos con Bolivia, porque está convencido de que la cooperación beneficia a ambos pueblos.


Y esto lo digo a pesar de las palabras de desconfianza que he escuchado en el día de hoy, que no las había escuchado con anterioridad.


Hemos sido claros en nuestras relaciones con Bolivia desde un comienzo y lo hemos expresado públicamente a su Gobierno: Chile siempre mantendrá abiertos los caminos para avanzar junto con ella en el desarrollo y progreso de nuestros pueblos.


Pero esta cooperación y diálogo amplio, para los cuales Chile siempre se encuentra disponible, debe sustentarse en el respeto mutuo y en la vigencia y pleno reconocimiento del Tratado de Paz y Amistad de 1904 y sus instrumentos complementarios, sobre el cual hemos edificado con Bolivia más de un siglo de paz, estabilidad e integración.


Me parece que lo que hemos escuchado de la propuesta de Bolivia en el día de hoy al menos avanza un paso, por lo menos ya ambos países veo reconocemos una realidad clarísima, tenemos un tratado del año 1904 y sobre eso podremos conversar, dialogar, ver qué cosas podemos hacer esa es la base sobre la cual debemos conversar, muchas gracias.


Muchas gracias.