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Martes 3 de marzo de 2009  
Presentado libro Caminos al Desarrollo: Lecciones de países afines exitosos
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Leer prólogo del Canciller Foxley

 

Como una herramienta muy útil para debatir sobre las experiencias que podrían ser aplicadas en Chile fue calificado el libro -en dos volúmenes- "Caminos al Desarrollo: Lecciones de países afines exitosos", que fue presentado el martes 3 en la Cancillería por el Ministro Alejandro Foxley, el sociólogo Eugenio Tironi; el Presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, Rafael Guilisasti; y el Embajador Ángel Flisfisch.

 

La obra es una iniciativa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, destinada a extraer lecciones de ocho países -Australia, Corea del Sur, España, Finlandia, Irlanda, Noruega, Nueva Zelandia, y Portugal- que emergieron exitosamente de situaciones de deterioro o crisis sostenida, o de un bajo nivel de ingreso, y que se han convertido en referentes destacados del progreso mundial contemporáneo.

 

En el encuentro -efectuado en el Salón O'Higgins del edificio José Miguel Carrera- estuvieron presentes el Ministro de Economía, Hugo Lavados; la Subsecretaria de Hacienda, María Olivia Recart; el Subsecretario de RR.EE. (s), Juan Pablo Lira; los ex Ministros de RR.EE. Juan Gabriel Valdés e Ignacio Walker; los Embajadores Crispin Conroy, de Australia, e Iivo Salmi, de Finlandia; Directores y Embajadores de la Cancillería; representantes de organismos de estudio, académicos y de diversos medios de comunicación, así como algunos de los autores de la obra.

 

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El Director de Planificación de la Cancillería, Ángel Flisfisch, explicó que el estudio surgió de dos premisas básicas planteadas por el Canciller Foxley: Chile se encuentra en una etapa de transición entre el Segundo y el Primer Mundo; y la política exterior no es una variable independiente respecto del conjunto de variables que integran la estrategia nacional de desarrollo.

 

El Director de Planificación de la Cancillería, Ángel Flisfisch, explicó que el estudio surgió de dos premisas básicas planteadas por el Canciller Foxley: Chile se encuentra en una etapa de transición entre el Segundo y el Primer Mundo; y la política exterior no es una variable independiente respecto del conjunto de variables que integran la estrategia nacional de desarrollo.

 

Añadió que, a partir de ellas, la Dirección de Planificación de la Cancillería, concretó un proyecto que administró el BID. Este organismo contrató a trece expertos internacionales especialistas en los temas y países estudiados, a los que se agregaron funcionarios y asesores de la Cancillería.

 

El proyecto estuvo a cargo de un comité conformado por el Ministro Foxley, Edgardo Boeninger, Ángel Flisfisch, Roberto Matus y Cristóbal Aninat.

 

Flisfisch agregó que la iniciativa tuvo un doble propósito: Identificar insumos para el enriquecimiento y mayor eficacia de la política exterior y aportar elementos que enriquezcan nuestro debate nacional sobre el desarrollo de Chile.


El sociólogo Eugenio Tironi calificó de refrescante la iniciativa, por cuanto permite apreciar cuánto hemos recorrido y cuánto nos falta para llegar al desarrollo como país. Indicó que tanto esta obra como el Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo revelan que Chile está en una transición desde los problemas de entorno a los problemas de lógica reacción.


Es decir, dijo, hasta hace poco en Chile los problemas tenían que ver con su infraestructura, con su organización y proceso, con la necesidad de ampliación de cobertura y servicios básicos. Hoy, aunque estos problemas no han desaparecido, son desplazados por los problemas de lógica reacción. "Quizás correspondería prestar atención a las prácticas, esto a la manera de hacer las cosas", apuntó.


Tironi criticó las visiones de quienes quieren que el desarrollo llegue a la brevedad, cuando este es un proceso largo. "Lo que nos falta -resaltó- es tiempo para que maduren los cambios a la institucionalidad y, sobre todo, en las prácticas. Lo que requerimos es constancia y paciencia para dejar que el tiempo haga su trabajo".

 

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El dirigente empresarial Rafael Guilisasti, a su vez, sostuvo que si bien en los últimos 20 años se llevaron adelante cambios de gran envergadura, como el desarrollo de la política comercial y las definiciones macroeconómicas, "actualmente hay una desconcertación entre los actores políticos que se traduce en una falta de liderazgo para impulsar la agenda que lleve al país al desarrollo".

 

Dijo que la crisis económica mundial de hoy es brutal, donde la incertidumbre se apodera de las instituciones, los mercados y las instituciones. Sin embargo, añadió, hay que asumirla una oportunidad para reconstruir un consenso y, desde él, enfrentar con pragmatismo, las salidas de ésta, la morigeración de sus impactos y ver con optimismo el mundo de la postcrisis y retomar las reformas pendientes. Estimó que las principales dicen relación con la Educación, la modernización del Estado y la modernización del mercado laboral.

 

Guilisasti resaltó el valor que tiene la discusión que provoca un libro como el que se presenta, porque -insistió- permite levantar una agenda estratégica destinada a enfrentar la crisis y desarrollar los cambios pendientes.

 

El Canciller Foxley puntualizó que el estudio realizado es complementario al trabajo prioritario en política exterior que Chile desarrolla en América Latina. Señaló que, incluso, le hace bien a la región la mirada que tiene este libro, que rescata las experiencias exitosas así como las fallidas de países de alto nivel adquisitivo, por lo que espera poder compartir en toda zona los resultados del trabajo.

 

Explicó que "en este libro no hay un modelo, los países afines no son un modelo. Lo que hay son experiencias, a nuestro juicio, en general exitosas para -en un periodo visible para la gente, de 20, 25 años- transformar profundamente, estructuralmente, una sociedad y una economía y tener resultados a la vista que todo el mundo comprende".

 

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Añadió que, "al mismo tiempo, es obvio, cuando uno hace un estudio comparativo, que cada país tiene su camino según sus propios condicionamientos históricos, según la naturaleza de sus instituciones, etc. Además cada país tiene éxitos y errores, y hay errores muy grandes en cada uno de los países y hay enormes éxitos. Por lo tanto, lo que queremos es extraer lecciones, que cada uno extraiga las lecciones que quiera, positivas, medianas o negativas. Aquí no hay un modelo, pero hay un abrir la mirada a experiencias que vale la pena prestarles atención".

 

Indicó el Ministro Foxley que, en el marco de la actual crisis económica financiera gigantesca que se vive en el mundo, uno de los criterios básicos para escoger a los 8 países del estudio "fue su punto de partida en la transformación productiva. Fue una situación de crisis que en ese momento se veía como un tremendo factor adverso y que invitaba a la población en esos países a un gigantesco pesimismo. Pueden mirar ustedes, cada uno de ellos enfrentó la crisis y cada uno de ellos logró ir respondiendo gradualmente -como decía Eugenio (Tironi)- en un camino persistente, difícil, gradual, sin milagros, sin atajos, sosteniendo ‘saben, sí, somos capaces de superar esta crisis, y más aún, somos capaces de construir un modo de convivir y de mirar el futuro compartido entre sectores muy distintos".