El Subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, participó esta mañana en la inauguración del Seminario: "Foro Desafíos Regionales: Migración, Seguridad y Desarrollo Humano" que organizó la Fundación Konrad Adenauer y la Organización Demócrata Cristiana de América – ODCA.
En la ocasión la autoridad destacó que las migraciones constituyen un fenómeno global, que exige respuestas integrales, que ocupa cada vez más la agenda de los países y de sus gobiernos y de las organizaciones internacionales. Del mismo modo expresó que el fenómeno migratorio tiene un rostro humano concreto: se trata de mujeres y hombres, de niños, niñas y adolescentes, de refugiados y desplazados, de trabajadores, de familias separadas, de víctimas de la trata de personas. Los migrantes buscan respuestas y soluciones a sus demandas de mayor dignidad y ejercicio de sus derechos.
Asimismo señaló que debido a la magnitud, visibilización de los procesos y los derechos humanos involucrados, las migraciones requieren de políticas públicas explicitas que asuman los diversos componentes de las mismas: acceso a derechos, desarrollo institucional, acuerdos internacionales, vinculación con las diásporas, recursos externos y la cooperación internacional.
El Subsecretario Riveros también expresó que en una concepción humanista de la migración, para el diseño de las políticas que den respuesta a los desafíos que conllevan, la base de las mismas son los derechos humanos. Un enfoque de derechos es condición básica para una respuesta permanente y justa a esta nueva realidad de la política internacional.
Del mismo modo, destacó que los migrantes son el rostro humano de la integración regional. Desde nuestra realidad regional, buscamos hacer convivir el Acuerdo de Integración de la Alianza del Pacifico con el Mercosur, que en este caso posee rostro de personas que con su vidas y trabajo relacionan comunidades, realidades y ámbitos de desarrollo.
Finalmente enfatizó que la gobernanza de las migraciones requiere de la cooperación entre los países, ya que dada su complejidad, no es posible abordarla desde una sola dimensión nacional, por lo que la cooperación entre los países es básica para una mejor y adecuada gobernanza.