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Miércoles, 06 de mayo de 2014 
Saludo del Canciller Muñoz al Cuerpo Diplomático
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Estimado señor Nuncio y decano del cuerpo diplomático, señor Subsecretario, excelencias, autoridades del Ministerio, señoras y señores,

En primer lugar, señor Nuncio, quiero darle las gracias por sus felicitaciones y por sus buenos votos en este momento en que inicio mi trabajo como Canciller del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Siento que he estado en el cargo mucho más de dos meses por la intensidad del trabajo que comenzó incluso antes de asumir esta cartera en el momento de transición, cuando tuvimos que enfrentar distintas situaciones, incluso viajes al exterior con el entonces Presidente Piñera.

De modo que muchas gracias, y valoro muy especialmente esta reunión porque después de todo ustedes son nuestros interlocutores fundamentales y quisiéramos tener la mejor de las relaciones con todos ustedes.

Chile, como ustedes bien saben, es una suerte de punta de rieles. Es el final de la estación en América del Sur. No somos un país de paso y, por lo tanto, quienes vienen a Chile es porque tienen un interés en nuestro país. Y hemos visto a través del tiempo como, cada vez más, hay una presencia internacional de gobiernos a través de ustedes, sus representantes, de organismos internacionales, de inversionistas, de gente que quiere importar o exportar, de gente que se quiere radicar en nuestro país. En definitiva entonces estamos ante desafíos aún mayores de los que teníamos en el pasado, y la distancia geográfica que siempre nos caracterizó hoy día está muy acortada por la naturaleza del cambio tecnológico y porque, en definitiva, hay un interés en lo que es Chile.

Yo quisiera expresarles la disposición de tener un diálogo franco, un diálogo cooperativo, un diálogo abierto con cada uno de ustedes. Ya me he reunido con algunos de ustedes a nivel bilateral, o con algunos grupos, de modo que en la medida de mis posibilidades y del tiempo – que encuentro que se hace cada vez más escaso; hay ocasiones en que comienza el día relativamente temprano y son las ocho y media de la noche; de repente pienso ¿qué pasó con el día? Y seguramente a ustedes les ha pasado muchas veces por la intensidad del trabajo. Independientemente de eso, nuestra disposición es tener un diálogo muy fluido y cooperativo con ustedes.

Saben bien, creo, pero no está de más repetirlo, que la política exterior de Chile se basa en unos principios fundamentales: el respeto del derecho internacional, la solución pacífica de las controversias, el respeto de los tratados, el apoyo y la defensa de los derechos humanos, el derecho a la cooperación, la independencia y la soberanía de los Estados. Esos son elementos angulares de la política exterior de Chile; no van a cambiar de ninguna manera en nuestro gobierno.

De modo que habrá un alto grado de continuidad pero, como todo en la vida, también habrá cambio. Habrá cambio de matices, en áreas que creemos que son muy importantes para el presente y para el futuro de nuestro país. Pero tendremos una política exterior, como ya lo hemos manifestado a través de estas semanas – y como lo ha dicho la propia Presidenta – una política pragmática y sin anteojeras ideológicas. Vamos a buscar, como todo país, evidentemente potenciar nuestros intereses nacionales, pero hacerlo en compatibilidad con los intereses de otros para, de alguna manera también, empujar algunos valores que son bien común de la comunidad internacional y que hace que las relaciones puedan ser fructíferas, a nivel bilateral, a nivel regional o a nivel global.

De modo que quisiéramos tener agendas sustantivas con todos los países y organismos que aquí están representados. Nuestro interés es ampliar, es densificar, esas relaciones, que sean fundadas en una creciente interdependencia económica, comercial, pero que también tengan densidad política. Que tengan densidad social; en la medida que hoy día los pueblos se comunican son un factor fundamental de las relaciones internacionales. Que tengan densidad cultural, que es un elemento que acerca y que nos favorece mejores relaciones bilaterales y regionales.

Por cierto, ya lo hemos dicho, vamos a poner un énfasis muy en particular en intensificar las relaciones con América Latina. Somos de América Latina, aquí pertenecemos, pero evidentemente no queremos limitar nuestra política exterior a la región. Nos insertaremos en el mundo a partir de lo que somos: América Latina y, muy particularmente, América del Sur. Reconociendo, sin embargo, que hay diferencias, que hay diversidad; hay diversidad de caminos para avanzar al desarrollo, y hay que respetar esas diferencias. Por eso es que hemos dicho que, peses a las diferencias, lo que tenemos que impulsar como política bajo un nuevo gobierno es una convergencia en la diversidad. Que pese a esa diversidad que hay que respetar, hay elementos de convergencia, de acercamiento que tenemos que empujar pensando en una arquitectura regional de toda América Latina y el Caribe, donde tenemos mucho que ganar. Más aún cuando vemos a nivel internacional que crecientemente las negociaciones se dan por regiones, se dan por bloques, y en la medida en que los latinoamericanos no somos capaces de concertarnos adecuadamente podemos perder espacios. Y menciono algunas de las cosas que tenemos a la vuelta de la esquina: ya se está empezando a discutir la agenda post 2015 en Naciones Unidas, y ya hay grupos regionales que están teniendo posiciones como tales. Si América Latina y el Caribe no es capaz de concordar una posición común, nos podemos quedar al margen de una agenda del desarrollo futuro, que no exprese de manera detallada los intereses de la región. Y los intereses de esta región son distintos de otras regiones. Esta es una región de países de ingresos medios, de renta media, con la excepción de un solo país: de Haití, todos los demás son países de renta media y por lo tanto tienen necesidades de desarrollo distintas del resto de los países en desarrollo. Y si bien podemos potenciar los elementos comunes tenemos que trasladas esta especificidad de América Latina y el Caribe a esa agenda. Por eso es que creemos tan lealmente en la necesidad de avanzar en esta convergencia, respetando las diferencias.

Con la región de Asia Pacífico, Chile tiene una relación antigua. Les decía a los empresarios de ABAC, que han estado reunidos hasta el día de hoy en nuestra capital, que las relaciones de Chile con la región de Asia Pacífico comenzaron en el siglo XIX, estableciendo relaciones diplomáticas con varios de los Estados del Asia Pacífico, misiones comerciales, y con una presencia incluso cultural que data de hace mucho tiempo. Pocos recuerdan que Pablo Neruda fue cónsul en Indonesia, fue cónsul en Yakarta, y fue además cónsul – representando a esta Cancillería, y con mucho orgullo decimos que fue cónsul y que fue diplomático – también en entonces Birmania, en entonces Rangún, en Sri Lanka, entonces Ceilán; de modo que hay un conocimiento de la región Asia Pacífico que es antiguo y que hoy día es absolutamente fundamental para Chile porque el horizonte del futuro está en la cuenca del Pacífico. De modo que vamos a participar muy fuertemente en todas las instancias, de manera especial en APEC, porque queremos consolidar la propuesta que hizo la Presidenta Bachelet en su momento de que Chile se transforme en un país puerto o un país puente.

Pero para ser país puente, tenemos que tener relaciones muy estrechas con el Atlántico, porque no tiene sentido que Chile sea país puente en función del Pacífico, de Asia, solos. Tenemos que serlo en función de nuestros socios del Pacífico pero también de los socios del Atlántico para que saquen sus exportaciones a través de corredores bioceánicos, a través de túneles, a través de una mejor interconexión, a través de mejores puertos, de manera que también salgan esos productos y entren, y tengamos una mayor cercanía de lo que dice la geografía. De modo que la región Asia Pacífico es para nosotros fundamental y quisiéramos que con el resto de los países de América Latina, con todos – los del Pacífico y los del Atlántico – tuviéramos esta proyección común, de plataforma hacia la región Asia Pacífico. Yo creo que eso quedó reflejado ayer cuando estuvieron en la reunión de ABAC aquí en Santiago los Cancilleres de Argentina y de Brasil, que tuvieron el gesto de aceptar la invitación que les hice a nombre de la Presidenta Bachelet para que estuvieran con nosotros en este diálogo de los empresarios que creo que fue extremadamente fructífero el día de ayer, y que señala esta idea de que tenemos que despachar esa hipótesis que algunos pudieran pensar de que aquí hay una suerte de división entre el Atlántico y el Pacífico de la región porque no la hay. En la práctica cuando uno mira las relaciones que hay entre cada uno de los países de la Alianza del Pacífico con los del Atlántico son relaciones muy intensas. Partiendo por Chile. Chile tiene inversiones de miles de millones de dólares en Argentina, tiene de miles de millones de dólares en Brasil; comercio: diez mil millones de dólares con Brasil, y otro tanto con muchos países del Atlántico, incluyendo relaciones muy intensas con países como Uruguay, como Paraguay, que son relaciones que además tienen densidad política. De modo que vamos a seguir en esa perspectiva de trabajar de manera unitaria toda la región.

Por cierto nuestra política exterior no se agota en este fundamental compromiso con América Latina y el Caribe, y con la región Asia Pacífico.

Tenemos relaciones, las hemos tenido siempre, muy fuertes con Estados Unidos, y las vamos a seguir teniendo. Son relaciones de calidad. Si bien es cierto que Estados Unidos no es nuestro principal socio comercial; hoy día lo es China, para varios países de América Latina de hecho. Estados Unidos sigue siendo el principal inversor en Chile. Y hay una relación de mucha calidad, de los productos que exportamos a Estados Unidos. Hoy día estamos en una relación muy interesante porque hemos bajado el periscopio para tener relaciones no sólo a nivel federal sino que acuerdos con estados tan importantes como California o Massachusetts, con los cuales estamos desarrollando programas de intercambio educacional, científico y tecnológico, centrados en la innovación y la agregación de valor, que son extremadamente importantes para el futuro de Chile, para los cambios educacionales que Chile quiere realizar. Así que, con Estados Unidos, con Canadá, que es otro socio muy fundamental, vamos a complementar los acuerdos de libre comercio que ya tenemos, con pasos adicionales. Por cierto con Estados Unidos el visa waiver fue un punto importante, hoy día está en los diarios, ciertos debates, pero estamos seguros que esto ya refleja un grado de confianza bilateral, que de nuevo refleja la madurez que tenemos con países como es el caso de Estados Unidos o Canadá.

Con la Unión Europea vamos a continuar fortaleciendo los lazos de asociación que hemos tenido desde hace tanto tiempo. Yo fui negociador en su momento del tratado de asociación con la Unión Europea y sé lo importante que fue en su momento la aprobación. Y hoy día tenemos un desafío que le hemos presentado a la Unión Europea de hacer una renovación de ese tratado de asociación y ya hemos tenido una respuesta en el sentido que hay una disponibilidad para hacerlo en dos de los pilares, el pilar político, de diálogo político, y el pilar de cooperación, ambos muy importantes. En el pilar de cooperación tenemos la misma intensión que tenemos con Estados Unidos y con Canadá de llegar a poder agregarle elementos de educación, de intercambio científico-tecnológico, de innovación que son absolutamente fundamentales para mirar sobre el horizonte de lo que Chile quiere. Estamos a la espera en materia del pilar económico comercial, sabemos que eso requiere un proceso de consulta, pero estamos muy disponibles para iniciar ese proceso de actualización de un tratado de asociación que ya lleva una década. Muchas cosas han cambiado de modo que estamos disponibles para aquello. Ya hemos tenido incluso un almuerzo de trabajo con ustedes, los representantes, Embajadores, de la Unión Europea en nuestro país, y por cierto ese diálogo quisiéramos continuarlo a través mío y del subsecretario y de las otras autoridades del Ministerio.

Vamos a participar de una manera activa en los organismos internacionales, por muchas razones. Primero porque Chile siempre ha tenido una política multilateral muy activa, porque siempre hemos creído que la política multilateral es la política que afirma el derecho internacional, que afirma la solución pacífica de las controversias, que afirma los caminos de paz y de cooperación. De modo que aquí en Chile siempre ha habido desde siempre un compromiso muy fuerte con los organismos internacionales; y hay grandes diplomáticos chilenos en el pasado que se distinguieron, incluyendo un nombre que se me viene a la cabeza, Hernán Santa Cruz, de los grandes diplomáticos multilateralistas de Chile. Nuestro compromiso en Naciones Unidas, en la OEA, en el BID, en tantos organismos internacionales, en la OIT, es tal que es un compromiso que vamos a renovar. No podría ser de otra manera cuando la Presidenta es ex funcionaria de Naciones Unidas y cuando el Canciller también es ex funcionario de Naciones Unidas. Hasta por eso tenemos un compromiso; hay algo del corazón que todavía está en los organismos internacionales. Pero más allá de eso tenemos un compromiso objetivo.

Ese compromiso emana del hecho de estar en el Consejo de Seguridad por dos años, por este año y el próximo. Y por lo tanto tenemos mucho interés en mirar los grandes temas de la política internacional; temas como Ucrania, como Irán, como Iraq, como Siria. Todo aquello que llega al Consejo de Seguridad nos compete hoy día y le vamos a prestar especial atención porque queremos llevar nuestra perspectiva, y nuestra perspectiva siempre va a ser el arreglo por la vía pacífica, por la vía del diálogo, por la vía de la diplomacia. Para eso está el Consejo de Seguridad. Sólo en última instancia, cuando se agoten todas las posibilidades debiera hacerse el uso de la fuerza y de acuerdo a la Carta. Esa va a ser nuestra postura; siempre ha sido nuestra postura y continuará siéndolo estoy absolutamente seguro. De modo que ese será el aporte que trataremos de hacer como miembro no permanente, teniendo un diálogo con todos los miembros permanentes, y también tratando de representar un cierto sentir de la región, de modo que bienvenidas son las informaciones, las sugerencias que ustedes tengan a este respecto porque quisiéramos jugar un papel constructivo, o un papel que sea una contribución al objetivo de paz y seguridad en el Consejo de Seguridad.

Pero también quisiéramos hacerlo en términos de cooperación internacional, porque cada vez más, especialmente en nuestra región, los países – ya dije antes que son de renta media – están teniendo más capacidad de hacer cooperación Sur-Sur. Y para nosotros la cooperación Sur-Sur no es un lema, no es una retórica, es una realidad, y varios países de la región ya están no sólo recibiendo ayuda sino que siendo también donantes. Y Chile es uno de ellos. Y tenemos un compromiso muy fuerte de poder cooperar, en términos bilaterales pero también a través de organismos internacionales o bien de manera triangular para ir en ayuda de los países menos desarrollados, y por eso tenemos mucho interés en colaborar con organismos de Naciones Unidas para maximizar esta cooperación Sur-Sur, ya lo estamos haciendo a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y a través de un Fondo para Combatir el Hambre y la Pobreza que tiene algunos financiamientos para otorgar a países menos adelantados de nuestra región, particularmente, quisiéramos extenderlos después a África, nos parece que ahí hay alguna posibilidad de avanzar gradualmente, y también hacerlo de manera triangular con algunos países de Europa, con Estados Unidos, con Canadá, con otros donde podamos utilizar quizás no sólo los recursos escasos, pero sí los recursos humanos que tenemos capacitados donde la experiencia chilena pueda ser más útil que la experiencia de un país desarrollado, para un país de un nivel de desarrollo diferente. De modo que tenemos ese compromiso que quisiéramos poder profundizar.

Finalmente dos cosas que quisiera mencionarles que son importantes para nosotros. Vamos a trabajar en la modernización de la Cancillería de Chile. Lo he mencionado antes, siempre es un propósito muy loable de todo Canciller que llega decir, "vamos a modernizar la Cancillería," todo gobierno se empeña en eso teniendo como uno de los planes siempre. Lo que pasa es que el tráfago de responder a los desafíos de la política exterior hace que casi siempre eso se vaya postergando y los gobiernos generalmente enfrentan ese desafío el último año, tratando de empujar algún proyecto de ley, y generalmente lo que pasa es que como no hay consulta adecuada, se frustran. Y hemos tenido múltiples propuestas de modernización de la Cancillería; ninguna ha llegado a buen término y todavía estamos con un proyecto que data del año 76, y creo que ha cambiado mucho desde entonces. De modo que quisiéramos partir desde ahora y por eso es que hemos designado al Embajador Mario Artaza, embajador retirado, de carrera, que hemos reclutado para, específicamente ponerse delante de un proceso de consulta, de recopilación de experiencias y de diseño de una propuesta que podamos presentar al Congreso a través de un proyecto de ley que combine lo mejor de todas las propuestas que se han hecho; incluyendo la que hizo el Presidente Piñera que presentó dos días antes de terminar su mandato, incluyendo uno que presentó la Presidenta Bachelet el año 2008, que avanzó pero se estancó en algún momento. Quisiéramos empezar desde ahora, pero además consultando lo bueno que hayan hecho ustedes en sus cancillerías. De modo que yo les pido que si hay experiencias de modernización de sus cancillerías por favor nos las hagan saber para ver si copiamos lo bueno. Lo bueno hay copiarlo y si hay experiencias que podamos adaptar, incluso muchas medidas que pueden no requerir un proyecto de ley sino que simplemente buenas prácticas que podamos adaptar, para mejorar el funcionamiento de la Cancillería que esté a tono con el siglo XXI. Este es el propósito que hemos emprendido ahora, y lo haremos entonces desde ahora esperando que de aquí a dos años tengamos una propuesta, un proyecto de ley, tengamos algunos consensos que podamos finalmente implementar. Los diplomáticos particularmente los de carrera pero también los profesionales de la Cancillería tendrán un papel protagónico en ese sentido.

Finalmente, vamos a reforzar la actividad internacional de las regiones. Esta fue una inquietud mía desde hace mucho tiempo y cuando fui Subsecretario de Relaciones Exteriores fui quien sugirió la idea de tener una dirección para las regiones, para reconocer que hay regiones de muchos países que tienen una enorme intensidad de vínculos bilaterales. ¿Quién puede negar que la primera región tiene una relación muy fuerte con Perú, con Bolivia; que la región de Magallanes tiene una relación especial con Argentina? Pero uno va mirando el resto de las regiones y cada una aboga por vínculos internacionales que tienen. Y creo que ahí hay una asesoría, no sólo para guiarlos en lo que debiera ser sus planteamientos frente a las regiones o a las provincias del otro lado de la cordillera o en el norte, sino que para apoyarlos en presentar proyectos para facilitar la inversión extranjera, importación de productos regionales, establecimiento de circuitos integrados de turismo, diseños de políticas migratorias que hoy día es una realidad que Chile es parte ya absoluta de estos procesos migratorios.

Como les decía al comienzo, parece que Chile ya no es punta de rieles, sino que Chile es parte de proceso migratorios globales que están ocurriendo; visité mi barrio, yo soy del barrio Estación Central, un barrio de trabajadores, que ha cambiado totalmente, hoy día es un barrio de inmigración china, es un 70, 80%, mi casa donde yo vivía hoy día es una tienda de un comerciante chino, y los vecinos que yo tenía, bueno, son otras tiendas chinas, y eso significa un cambio en Chile; Chile ha cambiado. Y por ese cambio entonces es que la Presidenta ha hecho un planteamiento de que tenemos la responsabilidad de echar adelante una política que implique tres ejes fundamentales: la reforma educacional, una reforma tributaria para financiar los cambios para tener una educación de calidad, una educación de acceso para todos que no sea un lucro sino que sea un derecho, y el compromiso, este es un compromiso real, y por eso ella fue elegida por una abrumadora mayoría; y también para tener una nueva constitución que nos refleje a todos. Como parte de ese esfuerzo, la política internacional va a intentar coadyuvar a esos propósitos.

De nuevo le agradezco al señor nuncio y decano del cuerpo diplomático los buenos deseos, y a ustedes les digo que quiero las relaciones más cooperativas, más fluidas con ustedes.

Muchas gracias.