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Santiago, 23 de junio de 2008 
La CBI debe Evolucionar para Satisfacer las Expectativas de la Comunidad Internacional
Intervención del Canciller, Alejandro Foxley R., al inaugurar el 60° Período de Sesiones de la Comisión Ballenera Internacional.
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Estimados Ministros, Comisionados, delegados, representantes de la sociedad civil, señoras y señores.

 

Es particularmente grato dar inicio a la 60ª Reunión Anual de la Comisión Ballenera Internacional. Estamos muy complacidos de poder recibirlos en Santiago para esta reunión internacional de singular importancia.

 

Nos satisface ver a la Comisión Ballenera Internacional regresar a América Latina después de una muy larga ausencia de nuestra región. Ha sido una aspiración regional de larga data que finalmente vemos cumplido este año.

 

Chile tiene una larga trayectoria en temas marítimos, en particular en la construcción del Derecho del Mar. Nuestra extensa y accidentada costa nos ha impuesto esta realidad y hemos asumido nuestra responsabilidad en esta área.

Este año la Comisión Ballenera Internacional deberá, además de su importante trabajo regular, abocarse al estudio del futuro de la organización. Mi país pretende contribuir en forma responsable y realista a este debate, tanto en lo que concierne aspectos de procedimiento como en materias de fondo.

 

La CBI es una organización atípica. La Convención Internacional para la Regulación de la Ballenería de 1946 fue, en su momento, un instrumento de vanguardia, destinado a poner un freno a la falta de regulación en la cacería de ballenas.  Aunque gran parte de su estructura y funcionamiento siguen vigentes, es normal para toda organización dedicada a la conservación de recursos efectuar procesos de revisión para mejorar su desempeño y poder cumplir con lo que la comunidad internacional espera de ella. Sus más de 60 años de existencia así lo aconsejan.

 

La reunión intersesional de Heathrow de noviembre pasado marcó el inicio de este proceso de reflexión, bajo la acertada conducción de su Presidente, Bill Hogarth. Chile, desde su lugar en el Steering Committee, contribuyó dentro de sus posibilidades al proceso. Chile apoya al Presidente en su cometido y le desea el mayor de los éxitos.

 

Al entrar en un proceso de negociación como el presente es necesario que las Partes busquen soluciones que sean aceptables para todos, que a la vez salvaguarden los intereses fundamentales de todos y también que estén a la altura de las expectativas de la comunidad internacional en su conjunto.

 

En un proceso como éste, es importante mejorar dentro de lo posible las prácticas y procedimientos de la organización, ya que esto crea un mejor clima de entendimiento, requisito indispensable para abordar los temas de fondo.

 

En este sentido la búsqueda de decisiones y recomendaciones sobre la base del consenso es el primer paso a un mayor entendimiento. El consenso es reflejo de compromiso, de una voluntad de diálogo. Cada vez que se pueda se debe buscar esta meta, agotando todas las instancias antes de someter una decisión a votación, ya que ésta, por su naturaleza, divide.

Chile apoyará toda propuesta de medida que contribuya al mejor funcionamiento de la organización, al establecimiento de un clima de trabajo apropiado y que apoye la eficiencia de los distintos órganos en su gestión.

 

Por cierto, entendemos que las reformas procesales en el seno de la CBI son un elemento indispensable al momento de abordar su futuro. Sin embargo, no son por sí solas suficientes para que la organización pueda enfrentar los retos del siglo 21. Se requerirá, sin duda, abordar los temas de fondo que separan algunos de sus miembros.

 

En el caso de Chile, nuestro objetivo principal es el fortalecimiento de la conservación de los cetáceos mediante planes de manejo de conservación regionales y subregionales; programas de investigación no-letal y el fortalecimiento de la ciencia conducente a estos objetivos.

 

Cualquier camino que esta organización finalmente tome deberá reflejar adecuadamente los intereses de todas las Partes, así como las expectativas de la comunidad internacional. No es una tarea fácil. Requerirá de un tiempo adecuado de maduración.

 

Deberá, además, incorporar ciertos criterios que hoy son universalmente aceptados como el enfoque ecosistémico y el enfoque precautorio. Se requiere, en definitiva, tomar en cuenta las mejores prácticas en materia de conservación de recursos vivos marinos.

 

Sabemos que será un camino complejo, pero es un ejercicio que nuestros países deben efectuar por el bien de la organización y el de los cetáceos en general.

 

Mi país también está muy interesado en que se incorpore un nuevo enfoque en la participación en la Comisión. Ello tiene que ver con la participación de la sociedad civil en las deliberaciones de la Comisión. La gran mayoría de las organizaciones internacionales modernas le otorga un espacio de diálogo a las organizaciones no gubernamentales.

 

La experiencia demuestra que en términos generales, esta práctica ha sido beneficiosa para los trabajos mismos de la organización como para el desarrollo de mejores prácticas en el nivel internacional.

 

En el ámbito de los cetáceos, la sociedad civil tiene un rol muy importante en su investigación y en su conservación. La Comisión Ballenera Internacional ganaría, sin ninguna duda, de esta experiencia.

 

Todas las organizaciones modernas de conservación de recursos vivos marinos han incorporado a sus estructuras un fuerte componente científico, en general a través de un Comité Científico, donde nacen propuestas y recomendaciones sobre la base de la mejor información científica disponible. Este órgano es fundamental para el buen funcionamiento de la organización. Este año, a través de la realización de esta reunión internacional en Santiago, el Comité Científico de la CBI ha incorporado un mayor número de científicos latinoamericanos a sus trabajos.

 

Esperamos que esto sea el inicio de una tendencia y no meramente una situación coyuntural. Nuestra región ha promovido -a través del llamado Grupo de Buenos Aires- la creciente participación de científicos de países en desarrollo en general y de Latinoamérica en particular, por medio de un mayor número de ellos en las listas de participantes invitados. A través de la integración de mayores científicos de países en desarrollo se apoya la consolidación de comunidades científicas nacionales y se impulsa la creación de redes científicas a nivel regional, indispensable en áreas como el estudio de cetáceos.

 

Señoras y señores:

 

Quiero agradecerles la presencia de cada uno de ustedes y desearles éxito en sus deliberaciones que comienzan el día de hoy, tanto en los aspectos organizativos como en el medular, como es la conservación de los cetáceos

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