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Jueves, 11 de junio de 2015 
El Mercurio
Columna de opinión: El compromiso con nuestro océano
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Por Heraldo Muñoz, Ministro de Relaciones Exteriores

Naciones Unidas acaba de celebrar el Día Mundial de los Océanos, con el lema "Océanos saludables, planeta saludable".

Chile es un país oceánico y ha demostrado históricamente su vocación marina. Pueblos originarios como changos, huilliches, chonos y kawésqar hicieron del Pacífico fuente de su vida y cultura; actualmente esa fuerte relación con el mar forma parte de la cultura viva del pueblo de Rapa Nui, de los habitantes de Juan Fernández, y de las comunidades costeras de Chile. Esta conexión también ha sido evidente para el Estado; así lo demuestra la pionera declaración de nuestro país en 1947, que, por primera vez, estableció un límite preciso de 200 millas marinas sobre la zona económica exclusiva, seguida de la Declaración de Santiago de 1952 sobre Zona Marítima, en la cual Chile y otros países proclamaron la soberanía y jurisdicción exclusivas sobre las 200 millas marinas que, a la postre, fue parte de la base de la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar de 1982, la "Constitución de los océanos", de la cual Chile es parte.

Nuestro país no ha escatimado esfuerzos en mantener y acrecentar su posición de liderazgo en materias oceánicas, y por ello pronto adheriremos al Acuerdo de Nueva York de Naciones Unidas, que, en el marco de la Convención, regula las actividades en alta mar. Con ello, Chile pasará a ser parte de prácticamente todos los instrumentos internacionales relativos a los océanos. Estos esfuerzos han sido recientemente reconocidos por la prestigiosa publicación The Economist, que, a través del Economist Intelligence Unit, ha elaborado el "Coastal Governance Index" o "Índice de Gobernanza Costera", estudio que mide a las 20 economías oceánicas más relevantes del mundo, y evalúa la relación existente entre el medio ambiente y la gobernanza costera. El informe 2015 ubica a nuestro país en el lugar número 10, el mejor evaluado entre los países en desarrollo.

Ello nos hace aún más conscientes de los problemas que afectan a los océanos. Nombraré tres. Estudios recientes estiman que 8,5 millones de toneladas de plástico no reutilizado llegan anualmente a los mares y océanos, y hasta 25.000 toneladas provendrían de Chile. Desechos plásticos en playas de nuestro país en muchos casos resultan fáciles de apreciar; no así las mucho más dañinas y enormes islas de plástico, compactos icebergs que pueden alcanzar 80 metros de profundidad. El plástico que las compone afecta a aves y mamíferos marinos hasta causar su muerte, al confundir pequeños trozos de plástico con alimento. Segundo, la pesca ilegal es competencia desleal y una vulneración de los esfuerzos normativos del uso sostenible de nuestro océano, lo que genera graves daños al ecosistema. Tercero, la acidificación del océano por el cambio del PH del mar producto del CO2 está generando cambios en los corales, y afecta negativamente actividades como el cultivo de ostras, camarones y ostiones.

Frente a estos problemas, hay acciones que podemos adoptar, como incrementar nuestros esfuerzos para reciclar más plástico y generar actividades económicas en torno a esta actividad; aunar esfuerzos locales e internacionales para el combate a la pesca ilegal y terminar con este flagelo mediante la implementación global de acuerdos que impliquen medidas concretas en los países; generar más ciencia y mejores redes de monitoreo para comprender el fenómeno de la acidificación y tomar las adecuadas medidas de mitigación, e impulsar la creación de nuevas áreas marinas protegidas, que han probado ser verdaderas "cuentas de ahorro" de diversidad marina.

Como gobierno estamos haciendo esfuerzos en estas materias, pero no los podemos llevar adelante de manera aislada. Vivimos en un mundo global y los problemas que mencioné también lo son. Por ello, en octubre próximo sumaremos otra iniciativa de liderazgo mundial: la Conferencia Nuestro Océano Chile 2015, que tendrá lugar en Valparaíso y Viña del Mar. La cita reunirá a más de 400 personalidades y líderes mundiales de más de 90 países, con el objetivo de adoptar acciones concretas para enfrentar las principales amenazas para la vida marina.

Se trata de que los países e instituciones internacionales adopten compromisos concretos y que den cuenta de ellos en una próxima conferencia. Chile rendirá cuenta del cumplimiento de nuestros compromisos del 2014 y anunciaremos nuevos también. Porque definitivamente estas iniciativas, y otras adicionales, serán contribuciones para que nuestro océano, en singular, sea parte de un planeta saludable y sostenible, viable para estas y las próximas generaciones.