Sala de Prensa
Usted está en:  Portada
Domingo, 12 de junio de 2016 
El Mercurio
Canciller Heraldo Muñoz: "Mantener reserva nos permitió tener el tiempo para presentar una demanda contundente"
Comparte :

"Más allá del golpe del cual el gobierno boliviano aún no se recupera -pues quizá pensaba que nos quedaríamos pasivos esperando otra demanda más contra Chile-, el demandante es quien fija la materia objeto de la controversia", dice el ministro.

Es imposible no percibir la satisfacción en el rostro del canciller Heraldo Muñoz al comentar la estrategia silenciosa que siguió el Gobierno para presentar su demanda ante La Haya por el río Silala contra Bolivia.

Chile defiende que es un río internacional y que corresponde un uso "razonable y compartido", de acuerdo al derecho internacional consuetudinario.

En su oficina, el ministro dice que el país tiene "todas" las opciones de que la Corte Internacional de Justicia le dé la razón.

-En un principio se dijo que Chile podría contrademandar si Bolivia recurría a La Haya. ¿Por qué se tomó la delantera?

-En efecto, en principio se pensó en una contrademanda. Pero decidimos tomar la iniciativa por varias razones. Primero, al demandar, Chile determina los términos del proceso judicial y, por consiguiente, la eventual contrademanda boliviana -o reconvención, como la denomina la Corte-, tendrá que tener conexión directa con el objeto de nuestra demanda. Esto es clave.

-¿Cuánto pesó el anuncio de Evo Morales en el Día del Mar, el 23 de marzo?

-Consideramos la escalada comunicacional del Presidente Morales, que primero anunció el estudio de una demanda contra Chile por el río Silala, y luego señaló que la demanda se presentaría. Luego, el canciller boliviano informó que la demanda podría tomar dos años en ser presentada. Entonces, nos pareció que el diseño de Bolivia se basaba en el uso comunicacional de una futura y eventual demanda.

El canciller agrega que una tercera razón fue "prevenir eventuales acciones y amenazas de Bolivia de afectar el curso de las aguas del río. Para evitar que durante dos años Bolivia se dedicara a acusarnos de 'robarles' agua, creando la consiguiente incerteza jurídica sobre el río, decidimos que lo mejor era demandar, sobre la base de estudios serios que hemos hecho y en la opinión de expertos que consultamos. Todos concluyen inequívocamente que el Silala es un río internacional".

-¿En qué momento comenzó a evaluarse la idea de presentar una demanda?

-Fue una alternativa que se barajó desde el primer momento, pero la idea cristalizó durante el viaje de la Presidenta a Washington para participar en la reunión de la American Society of International Law. Allí me reuní con nuestros abogados e integrantes de nuestra Agencia, y consultamos a expertos en derecho internacional de recursos hídricos. Igualmente, en una reunión con los ex cancilleres a fines de marzo o inicios de abril coincidimos en la idea de explorar la demanda nuestra a Bolivia. La Presidenta concordó tempranamente en este curso de acción.

-¿Qué le plantearon esos expertos?

-Los expertos revisaron los informes técnicos que tenemos respecto del Silala y pidieron visitarlo. Tras hacerlo, nos señalaron de forma categórica que se trata de un río internacional, y que el derecho internacional consuetudinario es claro al reconocer que Chile, como Estado ribereño, tiene derecho a utilizar sus aguas.

-¿Cuáles son los abogados internacionales contratados por Chile para la demanda?

-Vamos a guardar esa información en reserva por ahora.

-Las gestiones sobre el caso también se realizaron en completa reserva. ¿Cuánto ayudó eso a la decisión de demandar sin que Bolivia se adelantara?

-Mantener la reserva nos permitió tener la tranquilidad y el tiempo para presentar una demanda contundente, y lo hicimos con la debida prolijidad. Va acompañada de 30 anexos que debían ser traducidos al inglés. Queríamos fundamentar muy bien nuestra demanda, para mostrar desde el inicio que se trata de una acción seria.

-¿Cuáles son las ventajas de haber presentado primero la demanda?

-Más allá del golpe del cual el gobierno boliviano aún no se recupera -pues quizá pensaba que nos quedaríamos pasivos esperando otra demanda más contra Chile-, el demandante es quien fija la materia objeto de la controversia. Y tenemos la primera oportunidad de mostrar nuestros argumentos a la Corte.

Demanda "técnica" y no política

-Según la presentación chilena, Bolivia reconoció por años que el Silala era un río internacional en diversos documentos. ¿A qué atribuyen su cambio de postura desde 1997?

-Creo que este cambio se explica por la intención de los gobiernos bolivianos de buscar otra herramienta para presionar a Chile en función de su aspiración marítima. Por alguna extraña razón, algunos gobiernos bolivianos piensan que pueden hacer presión con recursos naturales. ¿Recuerda el "gas por mar"? Y todavía no se dan cuenta de que este es un camino errado.

-Se ha planteado que Bolivia está realizando una serie de acciones en el río Silala que podrían afectar sus aguas. ¿Cómo puede evitarse eso?

-Sería muy imprudente que ello ocurriese. Con la demanda que interpusimos, Chile tiene ahora la posibilidad de pedir medidas precautorias a la Corte para proteger el río Silala y los derechos que Chile tiene.

-Ha llamado la atención que se nombre a Juan Ignacio Piña, presidente del Consejo de Defensa del Estado, como coagente. ¿Cuál es la razón?

-Juan Ignacio Piña es un reconocido abogado. Y, efectivamente, su sensibilidad política es distinta a la del Gobierno. Pero la defensa de los derechos de Chile ante la Corte debe representar al país como un todo y, por lo mismo, él es actual presidente del Consejo de Defensa del Estado, habiendo sido también subsecretario de Justicia.

-¿Podría dar la Corte, en parte, la razón a ambos países?

-La pregunta que se somete a la Corte es la siguiente: ¿Es el río Silala un río internacional de curso sucesivo? Esta pregunta solo admite un sí o un no.

-¿Puede significar un riesgo para Chile mantener dos juicios abiertos con Bolivia en la Corte Internacional de Justicia?

-Se trata de dos casos distintos, con calendarios distintos.

-¿Es posible que la Corte le dé la razón a Chile en cuanto al uso del Silala, pero que en la demanda de Bolivia plantee la obligación de Chile de negociar un acceso soberano al mar?

-La Corte resolverá cada caso en sus méritos. Así lo ha hecho en otras situaciones donde ha habido varios casos entre unas mismas partes.

-¿Cuánto pesó que los ex cancilleres hayan estado de acuerdo con la posición de demandar?

-Fue un insumo importante. Valoro la opinión de los ex cancilleres con los cuales me reúno regularmente, algunas veces lejos de la atención pública.

-¿Con la presentación chilena, basada en la jurisdicción del Pacto de Bogotá, queda atrás el cuestionamiento que es preciso salirse de ese pacto?

-Para efectos de esta demanda, Chile se ha basado en la jurisdicción que otorga a la Corte el Pacto de Bogotá. Siempre he dicho que el Pacto no solo contempla la posibilidad de ser demandado, sino también de demandar, según el interés nacional. Cuando hemos creído que se forzaba la jurisdicción de la Corte con disputas artificiales, lo hemos hecho presente. Y sin perjuicio de un debate sobre el futuro del Pacto, puesto que ya estamos en él, hay que utilizarlo como instrumento de solución pacífica de las controversias genuinamente existentes, como la del río Silala.

-Ex cancilleres han dicho que la demanda de Bolivia es de corte político, en cambio la de Chile es técnica. ¿Está de acuerdo?

-Efectivamente. La demanda nuestra por el río Silala es eminentemente técnica y acotada. La otra es de carácter político, a todas luces, argumentando cuestiones inexistentes en el derecho internacional que en último término apuntan a revisar o desconocer el Tratado de 1904. Nunca antes Bolivia reclamó la existencia de una supuesta "obligación de negociar". La disputa por el Silala es una genuina controversia en que Bolivia niega el carácter internacional del río y afirma ser propietaria del 100% de sus aguas; y Chile afirma el carácter internacional del río y reclama su derecho a utilizar sus aguas.

Fuente: El Mercurio